Ho´Oponopono (Hermosa técnica Hawaiana)

HO´OPONOPONO
INTRODUCCIÓN
Hay una historia hawaiana de la creación que dice así: Cuando Dios creó la Tierra y puso a Adán y Eva aquí, les dijo que esto era el paraíso, y que ellos no debían preocuparse de nada, que Él podría proveerles todo lo que ellos necesitaran. También les dijo que les daría un regalo, la oportunidad de elegir, de tomar sus propias decisiones, que les daría libre albedrío. Entonces, creó el árbol de las manzanas. Les dijo: “Esto se llama ‘pensar’. Ustedes no lo necesitan. Yo les puedo proveer todo. No deben preocuparse, pero pueden elegir si quedarse conmigo o tomar su propio camino”. Me gustaría aclararles que el problema no fue comer la manzana, el problema fue no hacerse responsables y decir; “Lo siento”. Así fue como Adán tuvo que ir a buscar su primer trabajo. Tal como Adán, siempre estamos mordiendo la manzana. Siempre pensamos que sabemos más. No nos damos cuenta que hay otra forma, que existe un camino más fácil. Eckhart Tolle, en su libro El Poder del Ahora, dice: “Las identificaciones del ego más comunes tienen que ver con las posesiones, el trabajo que uno hace, el nivel social y el reconocimiento, el conocimiento y la educación… Ninguna de ellas es usted. ¿Encuentra esto aterrador? ¿O es un alivio saberlo? A todo esto tendrá que renunciar tarde o temprano… Usted sabrá la verdad de ello por usted mismo. Usted lo sabrá tarde o temprano cuando sienta que la muerte se acerca. La muerte es desnudarse de todo lo que no es usted. El secreto de la vida es ‘morir antes de morir’ y descubrir que no hay muerte”. Más adelante dice: “Lo bueno es que usted puede liberarse de su mente”. Él se refiere a la voz que nos habla incesantemente en nuestras cabezas: “La voz comenta, especula, juzga, compara, se queja, acepta, rechaza, y así sucesivamente. La voz no es necesariamente relevante para la situación en la que usted se encuentra en ese momento; puede estar revisando el pasado reciente o lejano o ensayando o imaginando posibles situaciones futuras”. La vida es una repetición de recuerdos, que son como chips, o casetes que tocan en nuestras cabezas las 24 horas del día. Estos nos manejan e influyen sin que estemos conscientes de ello. No podemos evitarlo, pero sí podemos elegir “detener” los casetes. El Ho’oponopono, un arte muy antiguo hawaiano, nos enseña cómo borrar los mencionados casetes, cómo eliminar los chips que no nos sirven o que ya no están funcionando en nuestra vida. Nos indica cómo levantar la bruma. Solo cuando borramos y limpiamos es que podemos descubrir quienes somos realmente y el poder que tenemos. Al a borrar, limpiar y remover los antiguos recuerdos, permitimos que estos sean transmutados y empezamos a experimentar nuestro verdadero Ser. El Ho’oponopono es un proceso de perdón, arrepentimiento y transmutación. Cada vez que utilizamos cualquiera de sus herramientas, estamos tomando el 100% de la responsabilidad y pidiendo perdón (a nosotros mismos). Aprendemos que todo lo que aparece en nuestras vidas es sólo la proyección de nuestros “programas”. Podemos elegir soltarlos y observarlos, o reaccionar y engancharnos. Todos tenemos incorporado un borrador, la tecla de suprimir, pero nos olvidamos de cómo usarlo. El Ho’oponopono nos ayuda a recordar el poder que tenemos reelegir entre borrar (soltar) o reaccionar, ser feliz o sufrir. Es sólo una cuestión de elección en cada momento de nuestras vidas. Cuando en el libro menciono “limpiar” o “borrar”, me estoy refiriendo al uso de las técnicas de Ho’oponopono para borrar los recuerdos y pensamientos que crean nuestros problemas. Adicionalmente, en varias partes menciono a los Niños Índigo. Estos son niños que han nacido en diferentes partes del planeta que saben quiénes son y tienen bien claro para qué vinieron y cuál es su misión. Están conscientes de la existencia de otros como ellos y se comunican telepáticamente entre sí. Tienen dones psíquicos. Ellos nos hablan de lo que es el verdadero Amor. Nos dicen que lo que nosotros somos es Amor. Quisiera también aclararles que cuando menciono la palabra Dios no lo estoy haciendo en absoluto en su contexto religioso. Para mí, Dios es esa parte que tenemos dentro que lo sabe todo. En realidad no se puede definir, no tiene un nombre, es sólo una experiencia. También notarán que uso la palabra Dios como sinónimo de Amor. Me refiero al Amor Incondicional, aquel que puede curarlo todo. Éste es el Amor que tiene todas las respuestas. Cuando menciono los dichos de Jesús, tampoco lo hago en un contexto religioso. El propósito es recordarle al lector que siempre hemos tenido maestros que trataron de despertarnos y hacernos ver la verdad, Por ejemplo, Jesús hablaba de poner la otra mejilla, pero ése es un concepto que hasta el día de hoy nos cuesta entender. Sin embargo, cuando borramos (soltamos) en vez de reaccionar, estamos poniendo la otra mejilla, la mejilla del Amor. El soltar en vez de reaccionar es mostrar la otra mejilla. Este breve resumen de algunos conceptos básicos que utilizo y que intento transmitir tiene como fin dejar en claro mis puntos de partida. Mi esperanza es que el lector encuentre una fuente de técnicas, herramientas y sabiduría que le permitan sentir, tomar decisiones y vivir con la libertad, la paz interior y el amor que es patrimonio de todos los seres humanos.

“YO” SOY EL “YO” “YO” vengo del vacío a la luz.
“YO” soy el aliento que nutre la vida.
“YO” soy ese vacío, ese silencio más allá de la conciencia.
El “YO”, lo PERFECTO, lo ABSOLUTO, “YO” dibujo mi arco iris a través de las aguas,
la transformación de mente en materia.
“YO” soy la inhalación y exhalación, la brisa transparente e invisible, el átomo indefinible de la creación. “YO” soy el “YO”.

1 - ¿QUIÉN SOY?

La única razón de nuestra existencia es la de descubrir quiénes somos. Un profesor visita a un maestro Zen y al llegar le dice; “Hola, soy el Dr. Fulano. Soy esto. Soy aquello. Hago tal y cual cosa, etc., etc. y me gustaría aprender Budismo”. El maestro responde: “¿Desea usted sentarse?”. “Sí”. “¿Desea tomar una taza de té?”. “Sí”. Entonces el maestro vierte un poco de té en la taza y continúa haciéndolo aún cuando la taza está llena y comienza a derramarse. El Dr. Exclama: “¡La taza está rebosando! ¡Y el té se está derramando!”. A lo que el maestro responde: “Exactamente. Usted ha venido con su taza llena. Se está rebosando, de modo que… ¿cómo puedo entregarle algo? Usted ya está anegado con todo ese conocimiento. A no ser que venga usted vacío y abierto, no puedo entregarle nada…”. Cuando descubrí que yo era mucho más que mi cuerpo físico, se me abrió todo un mundo nuevo lleno de infinitas posibilidades, un mundo sin rejas. Cuando me di cuenta del poder que tenían mis pensamientos, entendí el porqué y el cómo de la vida. Muchos de nosotros vivimos entre rejas. Las sentimos pero no las vemos porque son invisibles. Estas rejas son nuestras creencias, nuestros juicios y opiniones, y sobre todo lo que nosotros pensamos de nosotros mismos. En el preciso instante que decidimos tomar conciencia de quiénes somos, dichas rejas se abren y nos damos cuenta que somos libres y que siempre lo hemos sido. Así logramos escapar de la prisión que nosotros mismos hemos creado. Nos han dicho que somos seres humanos y nos lo hemos creído. Si pensamos que somos seres indefensos y sin ningún poder, eso es lo que vamos a manifestar en la vida. Somos los reyes de nuestro propio imperio y podemos construir y manifestar todo lo que nos propongamos en nuestras vidas. No depende de nadie más que nosotros. Todos somos hijos de Dios y hemos sido creados a su semejanza. Somos creadores. ¿Cómo creamos? Con nuestros pensamientos. Es así de sencillo.

En la introducción hablo de los Niños Índigo. Muchos de los mensajes de estos niños llegan a través de James Twyman, quien se comunica con ellos la mayoría de las veces en forma telepática. Ellos nos hablan de la necesidad de “hacer de cuenta” (darnos cuenta) y nos dicen: “Hagamos de cuenta que somos seres iluminados. Hagamos de cuenta que somos amados por Dios. Hagamos de cuenta que somos perfectos tal como somos. Respiremos profundamente y aspiremos a aquello que es verdad. Sólo entonces todo tendrá sentido. Es necesario saber que uno aspira a la realidad, la verdad. Construye tu vida fundamentándola en esta verdad.
Si aspiramos a aquello que es verdadero, la verdad es automáticamente atraída a nuestras vidas”.
¿Quién soy?
Ésa es la única pregunta que debemos hacernos en la vida. El descubrir nuestra verdadera esencia e identidad es la razón de nuestra existencia y debería ser nuestra única preocupación, nuestra única meta. Es muy importante descubrir quiénes somos. A través del Ho’oponopono, este arte hawaiano muy antiguo que ahora practico, aprendí que nuestra mente consta de tres partes: el superconsciente, el consciente y el subconsciente. Esto me ayudó a entender un poco más como funcionamos. El superconsciente, es nuestra parte espiritual. Es aquella parte que, no importa lo que esté pasando, es siempre perfecta. Es la parte que sabe, y sobre todo, tiene bien claro quién es en todo momento. El consciente es la parte mental, lo que nosotros llamamos el intelecto. Es un aspecto muy importante de nosotros, porque es el que tiene la capacidad de elegir, ya que disponemos de libre albedrío. En cada instante de nuestra vida estamos eligiendo. ¿Qué elegimos? Elegimos si vamos a reaccionar y engancharnos con el problema o si preferimos soltarlo y dejar que lo resuelva la parte nuestra que sabe lo que debe hacer. También elegimos si vamos a aceptar que no sabemos nada (y que no necesitamos saber) o si preferimos pensar que nuestro conocimiento es mejor que el de Dios y que podemos resolverlo todo solos y por nuestra cuenta. El consciente es la parte que decide si optar por asumir el 100% de la responsabilidad y decir: “Lo siento, perdóname por aquello que está en mí que ha creado esto”, (Ho’oponopono) o señalar con el dedo y echarle la culpa a otro. El intelecto no fue creado para saber. No necesita saber nada. El intelecto es un regalo, el regalo que tenemos de elegir. El subconsciente es nuestra parte emocional. Es el niño interior. Ésta es la parte que almacena todos los recuerdos en la memoria. Esta importantísima parte de nosotros es descuidada constantemente, y sin embargo, es la responsable de aquello que manifestamos en nuestras vidas. Ésta es la parte que maneja nuestro cuerpo, la que respira automáticamente sin que tengamos que “pensar” en respirar. Es nuestra parte intuitiva. ¿Alguna vez notaron que se sienten nerviosos y no saben por qué? El subconsciente nos alerta (si prestamos atención) cuando detecta que está por pasar algo malo. Si estuviésemos más comunicados con él, podríamos evitar muchos eventos desagradables. Esta parte es la mejor socia que podemos tener. Es muy importante que nos comuniquemos con ella. Debemos aprender a amarla y cuidarla mucho. Una vez que decidimos continuar en este camino de tomar responsabilidad y somos consistentes, nuestro niño interior hará la limpieza (Ho’oponopono) por nosotros en forma automática, sin que tengamos que pensar. En las clases de Ho’oponopono, trabajamos mucho con este niño interior. Aprendemos como comunicarnos con él, como cuidarlo, y sobre todo, como trabajar con él para “soltar”.
En el libro La Enseñanza de Buda dice:
“Aunque un hombre conquiste a miles de hombres en los campos de batalla, sólo aquel que se conquiste a sí mismo ganará su batalla”.
Una vez leí el siguiente cuento:
Había una vez, en algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con unos manzanos, naranjos, perales, bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos. Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema: ¡No sabía quién era! “Lo que le falta es concentración”, le decía el manzano. “Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosísimas manzanas. Ve qué fácil es”. “No lo escuches”, exigía el rosal. “Es más sencillo tener rosas, y ¡ve que bellas son!”. Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado. Un día llegó al jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó: “No te preocupes. Tu problema no es tan grave. ¡Es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra! Yo te daré la solución: “No dediques tu vida a ser lo que los demás quieran que seas. Sé tu mismo. Conócete, y para lograrlo, escucha tu voz interior”. Y dicho esto, el búho desapareció. ¿Mi voz interior? ¿Ser yo mismo? ¿Conocerme?”. Se preguntaba el árbol desesperado, cuando de pronto comprendió. Cerrando los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole: “Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. ¡Estás aquí para dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje! ¡Tienes una misión! ¡Cúmplela!”. Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. Así pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz.

Yo me pregunto al ver a mi alrededor: “¿Cuántos serán robles que no se permiten a sí mismos crecer? ¿Cuántos son rosales que, por miedo al reto, sólo dan espinas? ¿Cuántos naranjos hay que no saben florecer?”. En la vida todos tenemos un destino que cumplir, un espacio que llenar. No permitamos que nada ni nadie nos impida conocer y compartir la maravillosa esencia de nuestro ser.

2 - ¿QUÉ ES UN PROBLEMA?

Un problema sólo es un problema si decimos que lo es, y el problema no es el problema sino cómo reaccionamos al problema es el problema. Hay un dicho Zen que dice: “Tal vez no podamos hacer que los pajaritos dejen de volar alrededor de nuestras cabezas, pero sí podemos evitar que hagan sus nidos en nuestro cabello”. No se trata de negarlos o de no caer en la tentación de prestarles atención. Se trata de descubrir quiénes somos, y cuando lo hacemos, desarrollamos y sentimos una libertad interna tal que estas cosas ya no pueden distraernos. Nuestro subconsciente tiene almacenados todos nuestros recuerdos. Mientras los recuerdos están dormidos, acomodados en el banco de nuestra memoria, no nos ocasionan ningún inconveniente. Las personas que aparecen en nuestras vidas, las visitas a ciertos lugares o las situaciones de la vida hacen que esos recuerdos despierten. De ese modo, las memorias se convierten en pensamientos y se manifiestan. Por eso es muy importante saber que en realidad las personas aparecen en nuestra vida para darnos otra oportunidad. ¿Cuál es esa oportunidad? Es la de responsabilizarnos el cien por ciento y decir: “Lo siento. Perdóname por aquello que está en mí que ha creado esto”(Ho’oponopono).
¿Han notado que cada vez que surge un problema uno está siempre presente? Si el tema no estuviera adentro nuestro, no seríamos capaces de percibirlo. Los problemas son simplemente una repetición de nuestros recuerdos. Son como información que está grabada en una cinta de audio. Cuando se pone a funcionar esta cinta, pensamos que es real. Los problemas se repiten porque, cuando aparecen, reaccionamos y nos apegamos a ellos. No dejamos de pensar en el asunto, y así quedamos atrapados en él en vez de soltarlo. ¿Se han fijado que sólo pensamos obsesivamente cuando aparece un problema? Una vez que se inicia este ciclo vicioso, nos olvidamos que tenemos el poder de detener la grabación.
En su libro El Poder del Ahora, Eckhart Tolle dice: “La mente nunca puede encontrar la solución, ni puede permitirse dejar que usted la encuentre, porque ella misma es parte intrínseca del problema”.
Muchas veces la grabación está funcionando pero el volumen está muy bajo, y por esta razón, ni siquiera estamos conscientes de ella. Sin embargo, el subconsciente siempre está tocando las grabaciones. Por eso es tan esencial asumir el cien por ciento de la responsabilidad. Sólo de ese modo entendemos que somos simplemente nosotros y nuestras grabaciones, nuestros pensamientos y nuestros programas. Tomemos el ejemplo de una diapositiva proyectada en la pared o en una pantalla. Sabemos perfectamente que, aunque vemos la imagen proyectada en la pared o la pantalla, la misma no está ahí sino adentro de la máquina. Lo mismo ocurre con nuestros problemas. Cuando estos aparecen, son sólo una proyección de lo que está pasando adentro nuestro y no afuera. Sin embargo, nos pasamos la vida tratando de cambiar la pantalla. Ahí no está el problema. Buscamos la solución en el lugar equivocado. Es importantísimo recordar que los problemas, las situaciones y las personas no existen fuera de nosotros tal como los percibimos sino que nuestra percepción es simplemente un reflejo de nuestros pensamientos. Los problemas tampoco son lo que pensamos que son. Nunca sabemos qué es lo que está pasando realmente. Los problemas son siempre “oportunidades”. Debemos darnos cuenta que tenemos un efecto sobre el evento o el problema, y que nosotros lo hemos creado. Ésta es, en realidad, una buena noticia, ya que, como nosotros lo creamos, nosotros podemos cambiarlo sin depender de nada ni de nadie.

Hay una historia que cuenta que en una aldea había un anciano muy pobre, pero hasta los reyes le envidiaban porque poseía un hermoso caballo blanco. Los reyes le ofrecieron cantidades fabulosas por el caballo pero el hombre decía: “para mí él no es un caballo; es una persona. ¿Y cómo se puede vender a una persona, a un amigo?”. Era un hombre pobre, pero nunca vendió a su caballo. Una mañana descubrió que el caballo ya no estaba en el establo. Todo el pueblo se reunió diciendo: “Viejo tonto. Sabíamos que algún día te robarían el caballo. Hubiera sido mejor que lo vendieras. ¡Qué desgracia!”. “No vayamos tan lejos”, dijo el anciano. “Simplemente digamos que el caballo no está en el establo. Éste es el hecho. Todo lo demás es vuestro juicio. Si es una desgracia o una suerte yo no lo sé, porque esto es apenas un fragmento. ¿Quién sabe lo que va a suceder mañana?”. La gente se rió de él. Siempre habían creído que el anciano estaba un poco loco. Pero después de 15 días, una noche el caballo regresó. No había sido robado sino que se había escapado. Y no sólo eso, sino que trajo consigo una docena de caballos salvajes. De nuevo se reunió la gente diciendo: “Tenías razón, viejo. No fue una desgracia sino una verdadera suerte”. “De nuevo estáis yendo demasiado lejos”, dijo el anciano. “Decid sólo que el caballo ha vuelto. ¿Quién sabe si es una suerte o no? Es sólo un fragmento. Estáis leyendo apenas una palabra de una oración. ¿Cómo podéis juzgar el libro entero?”. Esta vez la gente no pudo decir nada más, pero por dentro sabían que él estaba equivocado. Habían llegado doce caballos hermosos. El viejo tenía un hijo que comenzó a entrenar a los caballos. Una semana más tarde se cayó de un caballo y se rompió las dos piernas. La gente volvió a reunirse y a juzgar. “De nuevo tuviste razón”, dijeron. Era una desgracia. Tu único hijo ha perdido el uso de sus piernas y, a tu edad, él era tu único sostén. Ahora estás más pobre que nunca”. “Estáis obsesionados con juzgar”, dijo el anciano. “No vayáis tan lejos. Sólo decid que mi hijo se ha roto las dos piernas. Nadie sabe si es una desgracia o una fortuna. La vida viene en fragmentos, y nunca se nos da más que esto”. Sucedió que, pocas semanas después, el país entró en guerra y todos los jóvenes del pueblo fueron llevados al ejército. Sólo se salvó el hijo del anciano porque estaba lisiado. El pueblo entero lloraba y se quejaba porque era una guerra perdida de antemano y sabían que la mayoría de los jóvenes no volverían. “Tenías razón viejo. Era una fortuna. Aunque tullido, tu hijo aún está contigo. Los nuestros se han ido para siempre”. “Seguís juzgando”, dijo el viejo. Nadie sabe. Sólo decid que vuestros hijos han sido obligados a unirse al ejército y que mi hijo no ha sido obligado. Sólo Dios sabe si es una desgracia o una suerte que así suceda”… En cuanto formamos una opinión o un juicio, nos estancamos; nos esclavizamos.
El libro La Enseñanza de Buda dice: “Aquel que está influenciado por sus gustos y disgustos no puede entender el significado de las circunstancias y tiende a desesperarse ante ellas"

Aquél que está desapegado entiende perfectamente las circunstancias y para él todas las cosas son nuevas y significativas”. Más adelante dice: “La felicidad sigue a la tristeza. La tristeza sigue a la felicidad, pero cuando uno ya no discrimina entre la felicidad y la tristeza, lo bueno y lo malo, uno es capaz de liberarse”. Nada es lo que realmente parece. El intelecto no puede saber. Su conocimiento es limitado. Sin embargo, hay una parte nuestra que sí sabe. La diferencia entre el conocimiento intelectual y esa sabiduría innata que tenemos es similar a la que existe entre subir a una silla, mirar alrededor y pensar que lo estamos viendo todo y subir a la cima de la montaña y ver el panorama completo. Preferimos hablar con nuestros psicólogos o con los vecinos en vez de hablar con Dios. Tenemos acceso permanente a todo este saber, a toda esta sabiduría que está adentro nuestro, pero preferimos subirnos a la silla y dar opiniones, emitir juicios y expresar nuestros puntos de vista porque es lo que aprendimos a hacer. Estamos adictos a este modo de actuar. Sin embargo, siempre podemos elegir qué hacer y cómo reaccionar cuando aparece una situación que consideramos problemática. La siguiente historia ilustra bellamente este concepto:
“Un día el asno de un campesino cayó al fondo de un pozo. El animal se quejó lastimeramente durante horas mientras el campesino trataba de encontrar la forma de sacarlo. Finalmente, el campesino decidió que el animal era viejo y de todas formas el pozo necesitaba ser tapado. No valía la pena recuperar al asno. Entonces, el campesino invitó a sus vecinos a que viniesen a ayudarle. Todos agarraron una pala y empezaron a tirar tierra adentro del pozo. Al comienzo, cuando el asno se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, gimió horriblemente, pero después de un rato, para sorpresa de todos, se calmó. Tras varias paladas de tierra, el campesino finalmente decidió mirar adentro del pozo, y lo que vio lo dejó azarado. Con cada palada de tierra que caía sobre su espalda, el asno hacía algo asombroso. Sacudía la espalda y la tierra caía y se amontonaba bajo sus patas, y de ese modo con cada palada el asno daba un paso arriba. A medida que los vecinos del campesino continuaban echando tierra sobre el animal, él mismo se sacudía y subía más arriba. Muy pronto, el asno llegó al borde del pozo y salió trotando”.

La vida nos echa toda clase de tierra encima. La solución para salir del pozo está en sacudirnos y dar un paso hacia arriba. Cada uno de nuestros problemas es como un escalón hacia la libertad. ¡Depende sólo de nosotros si lo usamos como tal!

3 - LA FE

Nuestro verdadero poder es la felicidad, y ésta nos llega sólo cuando nos rendimos a todo lo demás. Algunos encuentran a Dios en el templo o la iglesia. Otros como yo, un día despertamos, empezamos a buscar y nos damos cuenta que ni siquiera es necesario levantarse de la cama para encontrarlo. No importa la denominación, no importa cómo lo llamemos, Él (Ella) está siempre con nosotros. Dondequiera que vayamos, Él (Ella) nos acompaña. No sabemos, ni tenemos la menor idea de cómo trabaja Dios (Amor). Tampoco conocemos lo que puede hacer. No podemos ni siquiera imaginarlo. Los llamados milagros realmente existen y los podemos experimentar en cada momento de la vida si dejamos de tratar de entender todo con el razonamiento, abandonamos nuestros juicios y opiniones y aprendemos a dejarnos llevar por la corriente de la vida. ¡Es necesario tomar conciencia de que nosotros mismos somos el mayor obstáculo en nuestras vidas! Decimos que confiamos pero no lo hacemos realmente. Decimos que le entregamos nuestros problemas a Dios (Amor) pero seguimos aferrados a ellos. Cuado no dejamos de pensar en un tema, nos angustiamos y preocupamos, le indicamos a Dios (Amor) que queremos solucionarlo todo solos porque no confiamos en Él (Ella). De ese modo, no recibimos respuesta a nuestras plegarias porque tenemos “expectativas”. Creemos que somos dueños de la verdad, y cuando pedimos algo a Dios, lo hacemos de una manera casi imperativa. Explicitamos lo que deseamos, y cómo, de qué color y a qué hora lo queremos. Sin embargo, Dios sabe antes que le pidamos. Él (Ella) está tan cerca que no necesitamos gritar. Basta con pensarlo. Dios tiene para nosotros mucho más de lo que imaginamos. Sólo está esperando que le demos permiso para entregarlo. Si pedimos cosas específicas, como por ejemplo: “Oh, Dios mío, por favor que me llegue el dinero para poder viajar a Europa”, le ponemos límite a nuestra solicitud. Dios nos otorga lo que es correcto en cada momento. En el caso del ejemplo, tal vez lo correcto no sea ir a Europa sino Sudamérica, pero al estar tan encerrados en querer ir a Europa, el dinero no viene porque lo que pedimos no es lo correcto. Al cerrarnos de este modo, nos quedamos sin la posibilidad de recibir lo que es correcto y perfecto en un momento dado. A veces Dios dice que no, como lo hace un buen padre cuando su hijo no puede medir o darse cuenta del peligro o las consecuencias de lo que pide. Por esa razón, el secreto está en pedir lo que es correcto y perfecto, y nosotros no sabemos qué es. Luego es necesario soltar y abandonar las expectativas. En el momento preciso nos llegará lo más apropiado y perfecto. Nunca sabemos de dónde va a llegar. Para recibir la sorpresa, debemos dar permiso. Dios (Amor) trabaja en forma misteriosa. Si lo permitimos, creemos y confiamos de corazón, todo nos llegará sin esfuerzo. Dios es el único que puede abrir ciertas puertas y acercarnos a la gente que nos puede ayudar o apoyar en nuestro camino. Él (Ella) nos coloca en el lugar correcto en el momento perfecto sólo cuando dejamos de hablar tanto y preguntarle al vecino en vez de a Él (Ella) directamente. El solo pensar en Dios nos eleva de nuestros problemas. El estar agradecidos por lo que tenemos también cambia automáticamente nuestra vibración. Siempre hay motivo para estar agradecido.

Los Niños Índigo dicen: “Si imaginan y creen que algo va a pasar, pasa. Si lo imaginan pero no lo creen, difícilmente pasa. Se trata de tener fe y no de “esperar” o “desear” que algo pase”.
Tener fe es estar abierto a las posibilidades. Significa que estamos dispuestos a dejar que la vida nos sorprenda, que nos atrevemos a entrar en lo desconocido y a dejar de tenerle miedo a lo que nos parece incierto. Quien tiene fe tiene el corazón siempre abierto. Muchas veces nos quedamos estancados y damos vueltas en el mismo lugar por falta de fe y miedo a lo desconocido. Vale la pena aprender de la semilla, que a pesar de no poder imaginarse como orquídea, tiene la valentía de abrirse, quebrarse y entregarse al proceso de lleno para brotar de la superficie de la tierra y salir a la luz. Un corazón lleno de dolor no puede imaginar lo que se siente al ser amado o al estar en paz.
Y así es con todo. Muchas veces tenemos que romper con viejos patrones, viejas formas de pensar y viejas creencias. Esto implica tener que pasar por un túnel oscuro y a veces tener que sentir dolor, pero es la única forma de salir adelante y ver la luz. Jesús dijo que debemos ser como niños para poder entrar en el reino del cielo. El reino del cielo está aquí y es ahora. Depende de nosotros el poder experimentarlo. Sólo tenemos que dejar de pensar constantemente y dejar de creer que poseemos la verdad absoluta y siempre tenemos razón. Muchas veces, todos estos pensamientos, información y educación nos alejan de lo que realmente somos. La inocencia no es más que la sabiduría que Dios nos regala. Claro que se necesita ser valiente para tomar este camino, pero el triunfo está cien por ciento asegurado. Es necesario animarse a creer, probar, confiar y entregarse. Cuando empezamos a confiar y tener fe, se transforma algo en nuestro interior y se aclara el pensamiento. Todo se ve diferente. Tratamos de explicar con palabras esta transformación, pero no es posible. No hay palabras para definirla. Simplemente sabemos que hemos encontrado la sabiduría del corazón. Ahora me gustaría hablar de la fe más importante, la fe en uno mismo. No es imperativo creer en nada afuera nuestro. No es necesario creer en Dios, Jesús, Buda ni Moisés a menos que esto nos haga sentir bien. Lo que sí necesitamos es creer en nosotros mismos y en el poder que está adentro nuestro. Para acceder a él, debemos renunciar a muchas creencias, opiniones y juicios sobre nosotros mismos para querernos y aceptarnos tal cual somos. Sé que esto no es algo fácil. Ni siquiera sabemos conscientemente cuáles son las creencias que nos están afectando, no es necesario conocerlas, sino dar permiso para que se vayan. Cuando uno cree en sí mismo y se ama incondicionalmente, se vuelve invencible. La gente percibe esta cualidad. No es necesario hablar ni decir nada. Cuando uno confía en sí mismo, cierta gente empieza a alejarse mientras que otra se acerca trayendo las oportunidades que uno anhela. El secreto está en aceptarse tal cual uno es y dejar de creer que uno no es bueno, que no es lo suficientemente inteligente, capaz o digno o que primero necesita obtener el título universitario.
Sólo nosotros podemos cambiar lo que creemos de nosotros mismos. Lo más importante es ponerse en primer lugar para dejar de ser esa persona que los otros quieren que uno sea. Es preciso despertar y entender que el poder está adentro nuestro y no en la aprobación de los demás. Cuando uno tiene fe en sí mismo, automáticamente empiezan a crecer sus talentos interiores y se empieza a sentir feliz. La fe tiene que ver con la capacidad de amar y disfrutar la vida. Nuestra vida transcurre en nuestra propia mente. La guerra está en nuestra cabeza y sólo nosotros podemos devolvernos la paz. Es preciso recordar que en cierto sentido siempre tenemos razón. Si decimos que podemos, podemos. Si decimos que no podemos, así es, no podemos. Estamos aquí para vivir, disfrutar la vida y ser felices. La fe en nosotros mismos nos da la libertad de ser auténticos, y esto a su vez engendra la felicidad que tanto anhelamos.

4 - EL DINERO

Lamentablemente, una vez que obtenemos las cosas materiales nos damos cuenta que el vacío está todavía allí, que no tiene fondo.
El Poder del Ahora Cuando dejamos de apegarnos al resultado y preocuparnos por las situaciones, abandonamos la necesidad de opinar y pasar juicio, tomamos conciencia de que no sabemos nada y nos entregamos y aceptamos el proceso de la vida, por fin ahí experimentamos el fluir de la vida donde todo sucede y nos llega de manera más fácil. Dios nos ha puesto en la tierra con todo lo que necesitamos. Si miramos a nuestro alrededor notamos que todo lo creado por Dios es infinito y abundante. Sólo las creaciones humanas son escasas y limitadas. Los pájaros vuelan despreocupadamente sabiendo que encontrarán lo que necesitan para comer ahí nomás, cerca del lugar donde se encuentran. Manifestar aquello que deseamos requiere mucha FE y una gran CONFIANZA. El universo sólo necesita que demos ese primer paso. Si confiamos y damos nuestro permiso, todo lo que necesitamos viene a nosotros. Lo importante es saber en el corazón (y no en la cabeza) que Dios proveerá y confiar cien por ciento. Cuando creemos que no estamos recibiendo respuesta a nuestros pedidos o no vemos los resultados, no es porque no somos oídos. Muchas veces pensamos en Dios como si fuera nuestro sirviente y le exigimos lo que queremos, explicitando cómo lo queremos, de qué forma, qué color y a qué hora. No es así como funciona el universo. Es necesario pedir sin tener expectativas, solicitar aquello que pensamos es correcto para nosotros y desapegarse. Dios nos da lo que es correcto y perfecto en cada momento. El secreto es CONFIAR y soltar, dejarnos llevar por la corriente de la vida y estar abiertos a recibir del lugar y la persona que menos esperamos. Nunca dudes de que Dios (Amor) proveerá lo que necesitamos en el momento perfecto. Siempre lo hace. Nuestro problema es que tenemos expectativas, queremos las cosas por anticipado y somos muy impacientes e inflexibles. No nos damos cuenta que todo lo que necesitamos viene de una Fuente única que sabe perfectamente qué es lo que necesitamos, cuándo y cómo. Pensamos que nosotros somos los que creamos las oportunidades a través del trabajo, nuestros esposos o nuestras inversiones, pero estos son diferentes caminos y vías por las cuales se manifiestan. Cuando una puerta se cierra es porque otra se abrirá automáticamente. Lo peor que podemos hacer cuando aparece un problema es preocuparnos. Al hacer esto, nos estancamos, quedamos atrapados y acabamos atrayendo más de aquello que justamente no deseamos. Somos como imanes: dime lo que piensas y te diré quién eres. Es de vital importancia vivir en el AHORA. Nos pasamos la existencia viviendo en el pasado con nuestros recuerdos y experiencias o en el futuro con nuestras preocupaciones. El dinero, al igual que todo lo demás, llega cuando lo necesitamos, no antes ni después. Sólo es necesario abrir nuestro corazón y CONFIAR. Alguien alguna vez me contó la siguiente historia: una mujer salió de su casa y vio a tres ancianos de barbas largas sentados frente a su jardín. Como no los conocía, les dijo: “No creo conocerlos, pero tal vez tengan hambre. Por favor entren a mi casa y coman algo”. Ellos preguntaron: “¿Está el hombre de la casa?”. “No”, respondió ella, “no está”. “Entonces no podemos entrar”, dijeron ellos. Al atardecer, cuando llegó el marido, la mujer le contó lo sucedido y él dijo, “¡Diles que he llegado e invítalos a pasar!”. La mujer salió a invitar a los hombres a entrar en su casa. “No podemos pasar los tres juntos”, explicaron los ancianos. “¿Por qué?” quiso saber ella. En ese momento, uno de los hombres señaló hacia los otros dos y dijo: “Él se llama Riqueza y él Éxito. Mi nombre es Amor. Entra y decide con tu marido a cuál de nosotros tres desean invitar”. La mujer entró a su casa y le repitió la historia a su marido. El hombre se puso feliz. “¡Qué bueno! Ya que así es el asunto, invitemos a Riqueza. Dejemos que entre y llene nuestro hogar de abundancia. La esposa no estuvo de acuerdo. “Querido ¿por qué no invitamos a Éxito?”. La hija del matrimonio, que estaba escuchando la conversación desde la otra punta de la casa, vino corriendo con una idea: “¿No sería mejor invitar a Amor? Entonces nuestro hogar estaría lleno de amor”. “Hagámosle caso a nuestra hija”, dijo el esposo a su mujer. “Ve e invita a Amor a que sea nuestro huésped”. La esposa salió y les preguntó a los ancianos: “¿Cuál de ustedes es Amor? Deseamos que él sea nuestro invitado”. Amor se puso de pie y comenzó a caminar hacia la casa. Los otros dos ancianos se levantaron y lo siguieron. Sorprendida, la mujer les preguntó: “Sólo invité a Amor. ¿Por qué vienen ustedes también?”. Los ancianos respondieron al unísono: “Si hubieras invitado a Riqueza o Éxito, los otros dos hubiesen permanecido afuera. Pero invitaste a Amor, y donde sea que vaya Amor, nosotros vamos con él”. Donde hay amor, hay riqueza y éxito. El dinero no es malo, al contrario. Lo malo es darle prioridad. Cuando hacemos las cosas por dinero, todo parece difícil, viene y se va rápido y se nos escapa de las manos. Debemos encontrar aquello que amamos hacer, algo que nos da felicidad y satisfacción y que estaríamos dispuestos a hacer aunque no nos pagaran. Todos nacemos con ciertos talentos y dones naturales únicos. Hay algo que podemos hacer mejor que ninguna otra persona. Es algo que tenemos adentro nuestro y que no necesariamente precisa de un título universitario. La abundancia y la prosperidad tienen que ver con nuestra conciencia. Cuando sabemos quiénes somos, sabemos que ya tenemos todo lo que necesitamos. En ese momento, ya somos ricos. Al abrir nuestro corazón y confiar, damos permiso para que todo se manifieste en nuestras vidas

5 - LOS MIEDOS

Conoced la verdad y ella os liberará. Jesús
En este camino de búsqueda espiritual que decidí recorrer, tuve que enfrentar muchos de mis miedos. Sin embargo, la fe y la confianza en mí misma me permitieron actuar a pesar de mi miedo. Una voz interior me dijo que yo podía hacerlo. Pero dicha seguridad no vino sola; la fui obteniendo a medida que fui trabajando en mi propia persona animándome a enfrentar y aceptar las cosas que debía cambiar.
Cuando descubrimos quiénes somos y el poder que tenemos, entendemos que no hay nada que temer. Siempre estamos cuidados. Siempre estamos protegidos. Todos los seres humanos padecemos los miedos, podríamos decir que es como una enfermedad. Somos adictos al miedo, al sufrimiento. Preferimos sufrir porque nos es familiar. Sabemos cómo se siente. A pesar de sufrir, nos sentimos cómodos. El temor es lo conocido, lo de todos los días. Cuando nos animamos a enfrentar y atravesar nuestros miedos, llegamos al otro lado del túnel, vemos la luz, reconocemos lo que es verdad y, no sólo nos sentimos triunfadores y muy bien con nosotros mismos, sino que miramos hacia atrás y vemos que nada es tan terrible como nos habíamos imaginado. Una vez cierta persona nos contó la historia de cómo se había convertido en agente vendedor de casas. Era muy joven, y el primer día de trabajo su jefe le preguntó: “¿Quieres vender casas?”. Él por supuesto contestó enseguida que sí. El jefe lo llevó a un barrio y le dijo: “Aquí es donde te voy a dejar. Te recogeré en cuatro horas. Ve y golpea puerta por puerta y pregunta a la gente si quiere vender su casa”. Le dejó un papel con cien casilleros y le dijo que, cada vez que alguien le dijera que no, pusiera una cruz en uno de los casilleros. “Ve a buscar tus primeros cien NO”. El joven no lo podía creer; pero ni modo, no había cómo huir de la situación. Resultó ser que muchos le dijeron que NO, pero para su sorpresa, muchos le dijeron que SÍ, que justamente lo estaban pensado y les interesaba obtener más información. En ese momento el joven se dio cuenta que con cada persona que le decía NO, se acercaba más a la posibilidad del SÍ. Todos sentimos un gran temor al NO, un enorme temor al rechazo. Sin embargo, si no nos arriesgamos a recibir un NO, nunca recibiremos los SÍ. ¿Qué pasa si la gente nos dice NO? Si lo pensamos bien, no es tan grave. La capacidad de superar este miedo es lo que diferencia a la gente que obtiene mucho en la vida de la que no obtiene casi nada; a la que tiene éxito y se supera, de la que queda estancada. Evidentemente el temor tiene que ver con nuestras propias inseguridades. No sabemos quiénes somos, ni conocemos el poder que tenemos a atraer aquello que es perfecto y correcto para nosotros. Cuando confiamos y creemos en nosotros mismos, sabemos reconocer que cada momento es perfecto. Si alguien nos dice que NO, no sólo no es grave sino que tal vez sea porque lo que buscábamos no era perfecto y correcto para nosotros en ese momento. Quien posee fe sabe que en estas ocasiones muchas veces viene en camino algo mejor y más grande, y lo espera con certeza y confianza. En cambio, quien está perdido y confundido y no conoce su verdadera identidad siente un profundo miedo que lo paraliza. Todos sentimos miedo, desde el que barre las calles hasta el presidente de una nación. Los miedos no tienen jerarquía. La diferencia es que alguna gente se atreve a sentirlos y a seguir delante de cualquier forma. Es necesario ser valiente para realizar estos cambios. Pero si no lo hacemos, nadie lo hará por nosotros. Ni Jesús ni Buda volverán para rescatarnos. Lo que necesitamos para transformarnos está adentro nuestro. La transformación es interior. No hay otra forma de hacerlo. No existe un atajo en esta búsqueda. Cada uno de nosotros elige su camino. Cuanto más valientes somos, más lejos llegamos y más posibilidades se presentan a nuestro paso. La buena noticia es que los miedos existen sólo en nuestra mente. Son creados por nosotros mismos. Sólo nosotros podemos cambiarlos. Las creencias y los recuerdos pueden ser borrados. No los necesitamos para sobre vivir. De este proceso depende nuestra libertad. Al abandonar la prisión que hemos creado en nuestras mentes, le abrimos la puerta a nuestra alma y recuperamos la libertad. Los miedos y el sufrimiento, así como la valentía, son opcionales, dependen simplemente de lo que elegimos en cada momento. Muchas veces es necesario detenerse en medio del camino y realizar cambios drásticos. De cierta forma, debemos morir primero para poder empezar a vivir. Hablo de la muerte de esa parte nuestra que no es real, de eso que nos creíamos que éramos, de la imagen que le vendimos a los demás y, peor aún, que nos vendimos a nosotros mismos. El temor es como confiar en lo malo, saber que aquello malo que imaginamos va a suceder. El temor también mueve montañas. Una vez leí que el éxito en la vida no se mide por lo que hemos logrado, sino por los obstáculos que hemos tenido que enfrentar. Muchas veces la felicidad está a la vuelta de la esquina, esa esquina que nunca nos atrevemos a doblar.

6 - EL AMOR

El amor es la espada del guerrero: dondequiera que corta, da vida, no muerte.

Cuando alguien le pidió a una de las Niñas Índigo que hablara sobre el amor, ella se rió como si le estuvieran haciendo una pregunta extraña y respondió: “No puedo hablar del amor; si pudiera, entonces no sería real, porque el amor no tiene nada que ver con las palabras”. “Y entonces”, insistió la persona, “¿qué es el amor verdadero?”. Ella volvió a reírse y dijo: “Lo has vuelto a hacer. ¿Ves qué difícil es?”. No importa cuánto tratamos de no racionalizar, es casi imposible. Siempre estamos tratando de entenderlo todo con nuestra mente y luego queremos que ese entendimiento salga de nuestras bocas. Pero la mente no puede entender el amor porque este último no tiene nada que ver con el “pensamiento”. “El amor no se puede entender, hay que sentirlo. La vida no es imaginarnos perfección y triunfo, es sólo amor. Siempre tratamos de transformarlo todo en un concepto mental. ¡Olvídate y siente! Estamos muy mal acostumbrados y transmitimos nuestras costumbres a nuestros hijos. Así aprendimos a vivir. No conocemos una manera mejor. Desde la infancia, nos enseñan que debemos hacer cosas o comportarnos de cierta forma para obtener el amor y la aceptación de los demás. Pero lamentablemente en ese proceso no aprendemos a amarnos ni aceptarnos. Y paradójicamente, la gente nos trata de la forma en que nos tratamos a nosotros mismos. De este modo, el deseo de amor y aceptación se ve frustrado por nuestra propia incapacidad de amarnos a nosotros mismos. Sin amor propio, no podemos amar a nadie más. El no aceptar esta verdad es engañarse y engañar a los demás. Lo esencial es aprender a amarse y aceptarse tal cual uno es. No sirve hacer las cosas por los demás. Si algo no funciona para nosotros, no funcionará para los otros. Especialmente las madres tendemos a creer que tenemos que sacrificar lo que es importante para nosotras y relegarnos por nuestros hijos. Sin embargo, el mejor regalo que les podemos brindar a nuestros hijos es el amarnos a nosotras mismas. Así pueden ellos observar, y a través de nuestro ejemplo, aprender a amarse a sí mismos sin necesidad de buscar el amor en los lugares equivocados. Cuando estamos en el lugar correcto, permitimos que los demás también lo estén. Cuanto más nos esmeramos por obtener amor haciendo cosas y comportándonos de cierto modo por los demás, más nos alejamos de la posibilidad de experimentar aquello mismo que tanto anhelamos. Debemos aprender a ser felices y disfrutar de cada instante de nuestra vida sin darle importancia a lo que los otros piensan de nosotros. Lo más importante es lo que nosotros pensamos de nosotros mismos. El amor hacia nuestro propio ser es la herramienta de transformación más poderosa. El amor empieza por nosotros. Es inútil buscarlo afuera. No existe. Nos pasamos la mayoría del tiempo buscando amor en el lugar equivocado, siempre mendigándolo de los demás sin saber por qué. Éste es otro grave error que solemos cometer. Pensamos que para ser felices necesitamos tener una pareja. Creemos que el otro nos va a dar esa felicidad que tanto anhelamos. Pero incluso cuando conseguimos que otro nos ame, no nos sentimos felices. Sentimos que no estamos completos y buscamos en el otro aquello que creemos que nos falta. Ésta es una pérdida de tiempo. El amor debe buscarse adentro de uno. Después de encontrarlo, de sentirse bien con uno mismo, de aceptarse y amarse, uno descubre que en realidad no “necesita” a nadie. Entonces busca a alguien porque “desea” y “elige” estar en pareja. En este contexto uno actúa libremente por elección y no por necesidad. La falta de seguridad en nosotros mismos nos impide amar verdaderamente. Decimos que amamos pero lo hacemos de una manera posesiva. Las madres por ejemplo, no permitimos a nuestros hijos que sean ellos mismos y los mantenemos esclavos de nuestras opiniones y puntos de vista. Muchas veces creamos relaciones amorosas donde sufrimos tremendos celos. Esto no es Amor, pero no podemos evitarlo, son las viejas cintas grabadas tocando de nuevo en nuestras cabezas. No podemos ver a la gente tal cual es. La vemos a través de nuestros pensamientos y recuerdos. En el arte hawaiano del Ho’oponopono se utilizan dos herramientas muy importantes: “te amo” y “gracias”. Cuando las usamos en voz alta y se las decimos a alguien, son tremendamente poderosas y valiosas. Cuando alguien nos hace algo que consideramos injusto, cuando una persona nos dice algo que nos molesta, en vez de contestar, en vez de darle nuestro punto de vista y tratar de convencerla de que tenemos razón, podemos repetir en nuestra mente las veces que sea necesario: “Te amo. Te amo. Te amo”, o “Gracias. Gracias. Gracias”.
Estas herramientas suelen provocar resultados sorprendentes. A veces la persona se disculpa cuando menos lo esperábamos, otras veces, puede que siga en lo mismo, pero uno ya no lo nota ni se siente afectado. Con cierta gente, las dificultades son más pasajeras que con otras. Con algunas personas tenemos más recuerdos. No debemos olvidar que todo cambia según nuestra percepción de los eventos, las personas y las situaciones. Lo mismo pasa con los demás. Todo depende de su percepción, su punto de vista, sus memorias. La vida es como una película que vimos ya muchas veces y sigue repitiéndose una y otra vez porque seguimos reaccionando constantemente. Nuestra reacción a los problemas es una repetición de recuerdos. Las dificultades suelen ser obstáculos que ya hemos encontrado antes pero que jamás hemos resuelto. Por esta razón, la situación regresa para darnos la oportunidad de reaccionar de forma diferente.
La gente suele aparecer en nuestras vidas para movilizarnos y mostrarnos las partes de nosotros mismos que necesitamos cambiar. Las relaciones son simplemente espejos en los que nos vemos reflejados.
Tenemos la posibilidad de elegir no reaccionar. Podemos poner la otra mejilla. La mejilla del amor. Sabiendo esto, podemos tomar mayor conciencia y elegir hacernos responsables. Por ejemplo, si uno tiene problemas con sus hijos, lo mejor es hablarles cuando están dormidos. Lo único necesario es decirles que los amamos y que les agradecemos que estén en nuestra vida. No es propicio darles nuestros puntos de vista, a menos que ellos los pidan. Tampoco es productivo tratar de convencerlos de que uno tiene razón y ellos no. Es muy difícil saber lo que es bueno para nosotros. ¿Cómo podemos saber lo que es bueno para los demás? El agradecimiento es también una herramienta muy poderosa. Cuando uno se siente deprimido o angustiado, lo mejor es pensar en todas las cosas buenas que tiene en su vida. Practicando esto, muy pronto nos cambia la energía. Nos elevamos, estamos más allá de los problemas. A veces no nos damos cuenta de todo lo que tenemos porque nos concentramos en aquello que “creemos” nos falta. En realidad ya lo tenemos todo, incluyendo el amor. Sólo debemos dar nuestro permiso para recibirlo y poder así experimentarlo. No podemos esperar que los demás nos hagan felices. Sólo podemos encontrar verdadero Amor adentro nuestro. El secreto de la felicidad no está en buscar afuera ni en buscar más, sino en desarrollar nuestra capacidad de amar y disfrutar.

7 - EL CAMINO MÁS CORTO Y MÁS FÁCIL

Dios sólo pide que cuidemos muy bien de nosotros mismos y que digamos “lo siento”.
En este capítulo final, deseo resumir los puntos principales del Ho’oponopono, la sabia doctrina ancestral que me ha otorgado las herramientas que han cambiado mi vida. Estos conceptos son muy simples. Lo único que la divinidad nos pide es que asumamos plena responsabilidad, pidamos perdón y cuidemos muy bien de nosotros mismos. ¡Eso es todo! El asumir el 100% de nuestra responsabilidad es el camino más corto. Cuando nos damos cuenta que sólo son “nuestros programas” los que no nos permiten ver las cosas con claridad, dejamos de culpar los factores externos y decidimos tomar responsabilidad, las puertas del paraíso se abren para nosotros y alcanzamos un estado de infinitas posibilidades. En cambio, cuando estamos enojados con alguien o por algo, perdemos nuestra libertad. Nuestros propios sentimientos de odio nos condenan y atan. Somos esclavos de ellos. De este modo sólo nos dañamos a nosotros mismos. Podemos liberarnos a través del perdón. El perdonar forma parte del camino más corto y más fácil. Pero no es necesario hablar con nadie para informarle que lo hemos perdonado. Éste es un trabajo interno. Es un proceso que se da entre nosotros y Dios cuando decimos: “Divino creador, perdóname por aquello que está en mí que ha creado esto”. En mi caso, por ejemplo: no es que ya no me enoje; no es que ya no reaccione o no tenga problemas. La enorme diferencia es que ahora mi enojo dura unos pocos minutos hasta que regreso a mi centro, me acuerdo y tomo conciencia. Entonces me digo a mí misma: “Esto lo estoy creando yo, son mis pensamientos del otro. Es producto de mis programas, mis grabaciones, mi percepción. Yo puedo borrarlo”. Este simple proceso me da una tranquilidad que no puede describirse con palabras.

Cuatro Secretos Para ser Feliz


Lo que más deseamos en la vida es la felicidad. Pero en ocasiones saboteamos nuestros esfuerzos para alcanzarla. La felicidad no es un destino a donde se llega, sino es la manera de caminar por la vida. Sin embargo, de manera extraña, en el trayecto podemos tropezar con dos problemas graves: algunos seres humanos tienen miedo de ser felices y muy pocos saben exactamente qué desean. Si quieres vencer estos dos obstáculos y pertenecer al selecto grupo de gente feliz, te sugerimos seguir cuatro pasos para lograrlo.

1- Desmantela tu armaduraCon frecuencia tememos ser felices y saboteamos nuestras ilusiones porque pensamos que no merecemos la felicidad y nos da miedo tratar de alcanzarla. La forma más sencilla y frecuente de protegernos y mantenernos a salvo es construir una armadura de acero en la que encerramos nuestros sueños y deseos para que nadie pueda alcanzarlos ni destruirlos. Y, por supuesto, el resultado es que jamás damos un solo paso para hacerlos realidad. Acepta que al reprimir tus sueños no los proteges, sino que impides que se realicen. Haz esfuerzos verdaderos para convertirlos en realidad. Esta decisión te puede llevar a correr algunas desilusiones y desengaños; pero también te llevará a éxitos que de otra manera no lograrías jamás.

2-Conéctate con los deseos de tu corazónHaz una ”cita” contigo mismo para explorar cuáles son los sueños y los deseos que duermen en el fondo de tu corazón. Considérala y trátala como la cita más importante de tu vida. Si lo consideras necesario, asiste a ella con libreta y pluma en mano. Anota cuanta idea se te ocurra sobre lo que deseas, aunque te parezca absurda. Cuando no tenemos idea de cuáles son nuestras metas en la vida ni sabemos cómo alcanzarlas, es una buena idea ayudar al cerebro a realizar esta exploración. Lo importante es que logres conectarte con lo que tu corazón anhela realmente y que llegues a vislumbrar los diferentes caminos por medio de los cuales podrías alcanzarlo. De este modo, te será más fácil empezar a dar los pasos necesarios para convertir ese sueño en realidad. Los esfuerzos que hagas llenarán de interés tu vida y te harán probar las primeras mieles de la felicidad.

3-Reconoce tu propio poderTodos somos mental y físicamente capaces de hacer lo que nos proponemos; los límites los ponen nuestro miedo y nuestra imaginación. Y todos merecemos el éxito, como merecemos el amor y la felicidad. Desafortunadamente, para muchos es más fácil decir ´no puedo´; y todos solemos creer en nuestras propias palabras. Así que para conquistar la felicidad, empieza a practicar una actitud positiva, a fomentar la confianza en ti mismo y a decir ´sí puedo´, a todos los retos que te vaya planteando la vida. Muy pronto descubrirás que puede hacer cosas de las que antes te sentías incapaz.

4-No tomes precauciones como pretextosAlgunos temores son buenos. Ser precavido y cauteloso es una virtud cuando se conduce un automóvil, se tienen hijos pequeños y se desea evitar cualquier tipo de accidente. Pero cuando el miedo te impide lanzarte en busca de tus sueños, ha llegado el momento de deshacerse de él. En las decisiones importantes de la vida los temores y pretextos deben dejarse a un lado y debe imponerse el valor para correr ciertos riesgos, porque se necesita determinación para perseguir y alcanzar los grandes sueños. Para ser feliz hace falta honradez para seguir el camino correcto en su consecución y para no estropearla con la mentira o el egoísmo. Pero, ¿cómo sé en cada momento que estoy siendo honrado con las personas que realmente me importan? El problema que se nos plantea es el de reconocer el tipo de amor apropiado -cuál es la manera correcta de amar-, y distinguirla de un amor equivocado -que pueda terminar destruyendo aquello que uno ama.

Los Chakras

La palabra en sánscrito CHAKRA significa literalmente rueda, y hace referencia a centros energéticos en donde se condensa, circula y transforma la energía vital o prana. Se encuentran en el entrecruzamiento de los nadis o tubos astrales por donde circula la energía, habiendo 7 chakras principales. Tanto los nadis o tubos astrales, como los chakras se encuentran a nivel del cuerpo astral en el plano astral, que es la contraparte sutil del cuerpo físico.
Los tres principales nadis son: Ida, Píngala y Sushumna nadi. El cuerpo físico y el astral se encuentran superpuestos e interconectados. A nivel del cuerpo físico Sushumna nadi parte desde la base de la espina dorsal en la zona coxígea, y se extiende hasta la parte superior de la cabeza. En su mayor parte de extensión, coincide con la medula espinal. Ida nadi y Píngala, cuyo simbolismo está representado por el caduceo de Mercurio, son los nadis que corren lateralmente a Sushumna nadi, siendo estos nadis por los que circula habitualmente la energía, produciendo el estado de conciencia dual, regido por la bipolaridad, observador-observado, sujeto-objeto, y la lógica binarista. Los 7 chakras o centros de energía principales se encuentran ubicados a lo largo de Sushumna nadi, representando cada uno, un estado particular de conciencia, y están relacionados con los principales plexos nerviosos del cuerpo físico.
Se encuentran representados por flores de lotos con una determinada cantidad de pétalos, y están en relación con sonidos sánscritos, que al ser pronunciados crean resonancias a nivel sutil del astral. A su vez en su representación clásica se los asocia con un color, una deidad, un elemento y un mantra específico.








¿Qué está pasando con nuestro cuerpo?

¿Qué está pasando con nuestro cuerpo?

La visión completa de lo que está ocurriendo con nuestros cuerpos tiene que primero ser observada a través del lente de lo que está pasando al cuerpo del planeta Tierra. Y todavía más allá, debemos comprender que todas las cosas fueron creadas en Unidad con un eslabón de interconexión entre las partes de Dios y los distintos niveles, desde planetarios, hasta sistemas solares, galaxias y universos.
No podemos considerar la transición cuántica que está ocurriendo en un planeta, sin tomar en cuanta los efectos y reverberaciones de la creación completa. De acuerdo con eso deberíamos formular nuestra pregunta en una forma diferente: Por Dios, ¿qué está pasando con nuestro Sistema Solar, con la galaxia y con nuestro universo local? Hace algunos años un maestro espiritual dijo "Cuando recoges un grano de arena estás literalmente cambiando la estructura molecular de todo el universo". Yo comprendí entonces que todas las cosas están ligadas, sin importar qué tan distantes imaginamos nosotros que estén las otras dimensiones, o qué tan lejos de nosotros esté la vida en otros planos de existencia. Estamos todos conectados por fibras doradas que, visibles o no, nos conectan con la Fuente Primordial. Durante nuestras visiones, sueños, meditaciones, o en algunos momentos con calidad superior de vida todos hemos podido sentir esta conexión.
Por medio de la respiración consciente podemos percatarnos de la red de vida respirando a través de nosotros y sentir la conexión y la cualidad de esa unión. Cada día más y más ciudadanos de la Tierra saben intuitivamente, a pesar de no poder probarlo, que la Tierra no se mueve sola en un universo, galaxia y sistema solar sin otra manifestación de vida que la terrestre. Lo que realmente está ocurriendo es que Luz más elevada, frecuencias más altas, nuevos códigos de energía, (escoge el nombre que gustes) están entrando a la Tierra en ondas de ascensión. Por otra parte, los ciudadanos del planeta, por medio de energía enfocada por medio de sus meditaciones, plegarias e invocaciones, han estado asimilando esa Luz y ese Amor y conscientemente han estado irradiando luego esas elevadas energías pasándolas a otras personas y anclándolas en el planeta mismo. Se trata realmente de una co-creación del hombre, que está trayendo el cielo a la Tierra.

El magnetismo desciende y las frecuencias suben.
Los patrones de lo que Isaías llamó "Un nuevo cielo y una nueva Tierra" están estableciéndose en una forma sin precedentes, y muchos pueden ya sentir los cambios profundos que están ocurriendo al planeta y en sus propios cuerpos. El magnetismo está descendiendo simultáneamente en el planeta y en nuestros cuerpos. Las fuerzas magnéticas son como la goma que pega todas las cosas juntas. Este descenso en el magnetismo es una señal de que un gran cambio está ocurriendo. Los científicos reconocen que la caída del magnetismo en estos tiempos ha sido rápida, y al mismo ritmo acelerado ocurren los cambios. Por otro lado las frecuencias de la Tierra están subiendo. Y esto también afecta notablemente los cuerpos de sus ciudadanos. Con la caída del magnetismo ocurren cambios a nivel mental y emocional en un individuo. Es posible que los programas de mente y emociones, que teníamos grabados, comiencen a soltarse. Como la resistencia cae, es más fácil dejar ir. Uno no sabe por qué algo o alguien, que antes era indispensable, ya no importa. Y por el contrario, cosas o personas sin mayor relevancia súbitamente se vuelven importantes. Es posible que de un momento a otro ciertas personas, lugares, o situaciones ya no le sirvan a uno, y hay que cambiar, el cuerpo pide hacerlo.
Por eso, en la opinión de muchos, estos tiempos parecen caóticos. Algunos individuos se quejan de que ya ni tan siquiera saben quienes son, sufren una crisis de identidad.

Qué está ocurriendo a nuestros cuerpos?
La humanidad actual de la Tierra camina con vestidos de carne, dentro de cuerpos constituidos por materia-energía. Funcionaban hasta ahora con un determinado grado de densidad, pero en este momento cierta condensación se está estableciendo. Sus vehículos físicos están siendo preparados para ser transmutados en vestimentas de Luz, mucho más refinadas y menos densas. El karma está siendo procesado y diluido, habrá menos densidad y menos limitaciones. Estamos siendo acondicionados para comenzar a interactuar con conciencias más elevadas, nuestra biología se abrirá para compartir con otros seres, no solo de nuestras especies terrestres, sino con habitantes de otros mundos, dimensiones o entidades de distintos niveles de existencia. Lo que realmente nos está sucediendo es lo que los maestros llaman "Transfiguración".
Está ocurriendo que nuestra forma condensada ha entrado en un proceso parecido a "derretirse". La sustancia de nuestro cuerpo físico, aquel que nos es familiar, está transformándose en Luz, el cambio consiste en que nuestro cuerpo material y denso paso a paso se refina y se convierte en "Cuerpo de Luz". También, en la medida en que nos vamos conectando con la Mente Divina Universal, nuestra inteligencia se desarrolla en ciertas áreas de la mente. Vamos pasando por iniciaciones de Luz, e inmediatamente aprobamos, los efectos pueden sentirse en el cuerpo físico. ¡Hemos pedido "Transformación" y eso es lo que se nos ha concedido! Estamos viendo como obra la transmutación aún en los niveles de nuestra carne. Cuando el planeta recibe las frecuencias elevadas de Luz, los habitantes de la Tierra entran en un proceso de cambio, que obra en su organismo a nivel de los espacios vacíos entre células, bioquímicamente estos están siendo reubicados. La fuerza de la Luz activa nuestros cuerpos y literalmente la química de mente y cuerpo cambia. Expresado en una forma poética "algo muy antiguo, y sin embargo nuevo, está saliendo del cascarón". La membrana exterior que sujetaba y aislaba a la humanidad está adelgazándose y los humanos están comenzando a tener la posibilidad de conectarse conscientemente con dimensiones más altas de Luz.

Es como una bellísima flor preparando al botón para que pueda abrirse y florecer. El botón de la flor guarda dentro de sí la información que le permite tener el potencial para convertirse en flor Crística. Así nuestro ADN guarda los códigos que disparan la transformación completa de un individuo en el Cristo radiante, en el maestro ascendido, integrado, con poder total. Es el regalo de convertirnos en el Cristo, para continuar nuestra evolución con la realización de todo nuestro potencial. Estamos siendo preparados, y ya estamos comenzando a pasar de una densidad molecular a una nueva más alta. Esto es transformación. El siguiente paso en la escalera Divina para la humanidad es el asumir la forma del Adán y Eva Kadmón. En el proceso estamos activando y reforzando nuestros lazos con el Yo superior, o cuerpo Crístico, que se conecta a nuestra columna de chakras a través del octavo chakra. Una cosa es saber que poseemos este cuerpo, y otra es anclarlo y activarlo totalmente. Por algún tiempo hemos estado en este proceso, que para algunos seres ya está completo. Vivimos en un mundo electro-magnético, hasta ahora con una densidad electromagnética característica que nos ha limitado mucho. Pero estamos siendo afinados en una frecuencia más alta por la acción de la energía, la acción de la Flama en la electrificación de la materia de nuestros cuerpos materia-energía.
¿Por qué es importante? Porque es un paso más alto en nuestro proceso evolutivo, desarrollado paso a paso para permitir que el yo superior o cuerpo Crístico se involucre en nuestro desarrollo. El trabajo que ya se ha hecho ha preparado a algunos seres humanos para vivir con un tipo más avanzado de resonancia. Aquella que está dentro del rango de capacidades del cuerpo superior. Sin embargo hay que aclarar que la Ascensión no consiste descartar el cuerpo físico, sino de llevarlo con nosotros un paso más arriba en la escalera de Jacob. A este proceso se le llama "integrar la Diosa" (el cuerpo físico). Se trata de sentir los cambios, y de ser conscientes de ellos para apoyarlos. Un proceso consciente desarrolla en nosotros más sabiduría, porque así pasamos por la experiencia de tener la vivencia de la Ascensión, o iluminación. Debe haber una aceptación, el acuerdo de permitirnos sentir lo que tengamos que sentir para llegar a la comprensión. No se trata de que despertemos y simplemente la ascensión ya está lista. Es importante saber esto, porque nos ayudará en el proceso de transformación y transmutación. Mientras menos resistencia pongamos al cambio, este se dará más armónicamente.
Recuerdo que Lord Sananda ( El maestro Jesús) decía que la entrada y la salida eran a través del corazón. Cuando aprendemos a amar nuestro proceso de ascensión, de paso eliminaremos el miedo y gozaremos del cambio. El corazón ya conoce el proceso de ascensión, y el corazón es la puerta al Cristo radiante, nuestro potencial oculto en el ADN. El control que tengamos sobre nuestras emociones también nos ayuda para aprender a experimentar la vida a través de las emociones de la conciencia Crística. Estos sentimientos elevados liberan nuestro potencial. La Presencia Yo soy también está conectada a la llama triple en el corazón, y el corazón conoce la ascensión.

Las percepciones pueden alterarse
Lo que está ocurriendo es que las dimensiones se están superponiendo unas sobre otras. Algunas frecuencias de cuarta dimensión están bombardeando nuestras frecuencias de tercera dimensión, y lo mismo ocurre con frecuencias de quinta dimensión, y con algunas todavía más altas. Por eso nuestras percepciones también comienzan a cambiar, pero desde luego cada caso es único. En general la humanidad está comenzando a ver y a poder percibir una multiplicidad de dimensiones y esto causa trastornos en las percepciones habituales, en una forma u otra. Podemos hasta perder objetos y luego encontrarlos, o no encontrarlos. Es como tener un triángulo de las Bermudas en casa. Otros trabajadores de Luz reportan tener sueños muy vívidos. Experimentan muchas visiones y sueños donde un maestro o un ángel les advierte que hay un regalo que estará llegando a todos, y que debemos abrirnos a las posibilidades nuevas. Hay mucha guía que se está dando en sueños y visiones, para prepararnos a nivel subconsciente e interior para los cambios que están ya ocurriendo.
Es como si estuviéramos aprontándonos para volver a ser lo que en otros tiempos fuimos, o para asumir lo que somos en dimensiones superiores de evolución. Algunos trabajadores de Luz dicen que a veces sienten la trascendencia, lo que yo llamo "El síndrome del país de las maravillas". A veces caminando en la calle se sienten muy altos y ligeros como plumas, o pequeños y densos. Otras veces se sienten como si estuvieran montados en un trompo, o en el ojo de un huracán. Esto ocurre porque las dimensiones se están cruzando. Otros seres humanos comienzan a percibir mucha más luz y presencias de luz alrededor de ellos. Naturalmente, si Uds., están invocando maestros y ángeles, lo más probable es que ellos estén ahí a su lado. También los hermanos extraterrestres procedentes de dimensiones Crísticas pueden ahora acercarse más, y su presencia está siendo percibida por muchos. Algunos circuitos de energía planetaria han sido activados y estos vórtices planetarios pueden ser ahora percibidos, vistos o sentidos de alguna forma por muchos individuos. Los cambios son profundos, y continuarán siendo cada vez más dramáticos. Hay que integrarlos a la vida diaria porque no desaparecerán, la transformación no es una fase que se pueda cancelar.
El plan Divino está desarrollándose en perfección, trayendo cambios cada vez más profundos. Este es un nuevo tiempo, y una Nueva Era se aproxima. Si alguna parte tuya comienza a sentir miedo del cambio es mejor hacerse consciente de este miedo. Habla a esa parte tuya que vibra en el temor, controla tus pensamientos y dile a tu mente que el cambio es real, que en eso consiste el Plan Divino, y que todo está bien para ti. Es correcto hacer un diálogo con aquellos aspectos de tu personalidad que puedan sucumbir al miedo. Existe un pensamiento colectivo de la humanidad que rechaza el cambio. Cuando ocurrió la caída del hombre hubo muchos cambios, pero no fueron para bien, y hay algo en cada uno de nosotros que lo recuerda.
Desarrolla conscientemente confianza en la apertura de la Nueva Era Dorada de Paz que se avecina. Mantén viva la visión y el concepto. Háblale a aquella parte de tu ser que teme el cambio, dile que el cambio es inevitable porque todo es energía, y la energía, por definición, es constante cambio.
Todos los cuerpos están mutando sus estructuras
En el presente nuestras formas físicas están recibiendo ondas de Luz muy poderosas. La luz es absorbida por todas las estructuras, igual si tú crees en ello que si no, las nuevas frecuencias de Luz llegan al planeta y nos afectan a todos, así no estemos dispuestos o previamente no hayamos pedido recibirlas. Los efectos causados por este aumento de luz no son solamente físicos. También a nivel emocional experimentamos cambios dramáticos. Tenemos un sistema de cuatro cuerpos que están mutando sus estructuras, y como todos están conectados, si uno cambia se afectan todos. A veces alguien nos dice algo sin importancia y nos echamos a llorar. Son sentimientos, que como burbujas sacan a superficie emociones guardadas. A veces nos sentimos desconectados de Dios, otras veces totalmente conectados con Dios y los maestros. Emocionalmente la sensibilidad se ha agudizado, y es probable que vivamos en la inestabilidad de un machín-machón fluctuando entre los extremos. Por eso se requiere un trabajo constante de limpieza, de balancear los cuerpos y anclarse.
Ocurre que estás viviendo un cambio dimensional en uno o varios de tus cuerpos y eso hace impacto en todo el sistema. La mejor forma de armonizarse es a través de la compasión y el amor por sí mismo. Ten paciencia con tu proceso de transformación. No lo controles con un reloj, ni te compares con nadie. Cada cuál procesa sus propios cambios en diferentes formas y a distintos ritmos. La gente reacciona en forma diferente cuando las estructuras de la polaridad comienzan a desvanecerse, y cuando comienzan a procesar su propio karma. No existe una sola forma ideal, las posibilidades son múltiples.
Lo que le ocurre al cuerpo físico
Nuestro cuerpo basado en el ciclo del carbón está convirtiéndose en un cuerpo de Luz con base en el silicio. Algunos trabajadores de luz traen un contrato, o convenio, para anclar la Luz a la densidad de partes determinadas de sus cuerpos físicos. Algunos traen luz a sus corazones, otros a los huesos, otros activan el funcionamiento del cerebro, y otros más la traen al sistema nervioso. A veces esto ocurre sin que nos demos cuenta, pero otras veces nos produce incomodidad. Depende del grado de sensibilidad de cada cuerpo. En los días por venir cada uno de nosotros será muy diferente, y las situaciones de nuestras vidas serán muy distintas en la medida en que las frecuencias se incrementan. Todos hemos sentido ya como el factor tiempo se ha alterado, y cada vez transcurre más rápido. El concepto de tiempo está siendo desmantelado. El corazón de la madre Tierra se acelera en la medida en que sus frecuencias suben, y todos estamos tratando de seguirle el ritmo. No se trata de que sientas transcurrir el tiempo más rápidamente porque estás envejeciendo. Trata de comprender que tú estás aumentando tu frecuencia vibratoria porque vives en un planeta que está acelerando la suya. Los campos electromagnéticos, que aceleran su giro, a veces pueden incluso producirte mareo. ¿Te suena familiar?
Lo que está sucediendo afecta la naturaleza del espacio y el tiempo. Afecta tus relaciones con la energía y con el cuerpo. Hasta los niveles subatómicos de nuestros cuerpos tienen que alinearse nuevamente con la Luz y esto nos afecta, podemos sentirlo. Vamos dejando atrás el espectro planetario al que estábamos acostumbrados y nos movemos hacia una frecuencia vibratoria más alta, con un nivel de magnetismo más bajo. Naturalmente nos vamos sintiendo diferentes. Pero, no importa cuál sea tu experiencia ¡Dale la bienvenida al cambio! Estamos mutando. Y en el proceso de mutación cada uno de nosotros estaremos más cerca de su propia Divinidad. Acéptalo, en la medida en que la resistencia cae y la densidad se esfuma, los programas viejos dejan de funcionar. Pero no hay nada que temer, Dios proveerá. Estamos recibiendo un nuevo par de anteojos, una nueva conciencia, y un cuerpo nuevo para vivir en él. La verdad es que tú lo pediste antes de encarnar en la Tierra, y ahora está sucediendo. El arreglo biológico de la materia está cambiando. Estamos siendo afinados a nuevas redes electro-magnéticas que están cambiando nuestros patrones. Nuestra sangre se está tornando más transparente, porque la hemoglobina está pasando de una densidad molecular a otra. Nuestros ritmos biológicos están siendo alterados.
Los campos magnéticos del cerebro están trabajando con más Luz, y es a la fuerza de esa Luz a la que nos estamos ajustando. Estamos siendo afinados y perfeccionados con un código más elevado de creación. Esta nueva codificación está literalmente reactivando partes dormidas en nosotros. Las frecuencias electro-magnéticas, que llegan al planeta, están alineando al cuerpo y al cerebro para que podamos adaptarnos a la siguiente fase del plan Divino para la humanidad.

Más cambios en el cuerpo físico
La cabeza está aumentando su tamaño. La sangre está cambiando. Las relaciones de espacios en los niveles subatómicos del cuerpo están siendo alterados y realineados para que tengan correspondencia con frecuencias universales y multi-dimensionales. La velocidad de giro de todas las partículas está cambiando, los campos magnéticos del cuerpo, de cada chakra y de las células mismas está siendo realineados. Es un proceso tal vez incómodo, y algunas partes del cuerpo se resienten más que otras. Es probable que sientas una corriente que recorre tu cuerpo a través del centro del tubo pránico. Son las ondas de Luz llamadas "columna de Metatrón". Esta columna de Luz es usada por los maestros para reprogramar tu cuerpo electro-magnéticamente. Puedes sentir a veces su calor cuando actúa, un calor que se siente venir desde dentro. Puede que haya períodos de tiempo en que te sientas muy cansado. Esto es perfectamente normal. Cuando el arreglo biológico comience para ti, vas a sentirlo. Piensa que Dios, los maestros y tu presencia Yo soy están literalmente transformando tu cuerpo. Están aplicando ingeniería bio-molecular a los circuitos de tu cerebro. La luz estará llegando a todos los circuitos del cuerpo para reestructurar las moléculas y acelerar tus bio-ritmos. Nuevos conocimientos están haciéndose asequibles a nuestros cerebros. Están ocurriendo también cambios en la piel. Se trata nada menos que del comienzo de la transmutación biológica de nuestra forma.

Descripción de los cambios del cuerpo
· Puedes sentir calor que se origina dentro del cuerpo.
· Tu sistema nervioso está simultáneamente siendo destruido y re-edificado. Con los cambios es posible que sientas dolor e incomodidad. Para el sistema nervioso los cambios son particularmente intensos.
· Desde tus huesos emana una corriente de vibración diferente. A veces se siente dolor dentro de la médula de los huesos en la medida en que está siendo cambiada la corriente. La estructura del esqueleto va a cambiar más y más, porque su conformación actual no es capaz de asimilar energías que llegan con frecuencias cada vez más altas. Con los cambios se le da la posibilidad de acomodarse a procesarlas. Tendrá que adaptarse a velocidades de giro más aceleradas. Los huesos del cuerpo son los fósiles que guardan nuestros recuerdos. Al cambiar los huesos también se da una sacudida a nuestra historia personal. Por eso es posible que donde más se sienta el cambio sea en los huesos.
· Puedes a veces sentirte muy fatigado, y esta fatiga puede aparecer repentinamente. Nuestra realidad, como la hemos conocido, está siendo estirada y cambiada, y esta es una actividad, que aún cuando no percibimos, cansa el cuerpo. Pero es Dios obrando en nosotros. Si te sientes fatigado date permiso de descansar, es tiempo de hacer una siesta.
· Dolores de cabeza y desorientación. El dolor se siente con palpitaciones en la parte de atrás de la cabeza (tallo cerebral?), donde la cabeza se une al cuello. ¿Podría ser que el circuito Urim (del que se habla en "Las claves de Enoch) está siendo instalado en el cerebro?. Este es el circuito que conecta nuestro octavo chakra con el séptimo. Esta conexión habilita nuestra materia para recibir y luego ser INTELIGENCIA SUPERIOR. ¿Estaremos siendo estimulados en nuestro centro de memoria, atrás en la cabeza, para recordar nuestras experiencias en otros niveles del ser? ¿Estamos siendo reconfigurados paso a paso para poder recibir y decodificar luz, color y sonido en una forma nueva? ¡Yo creo que sí!
· Puede haber dolor en todos los cuerpos. A nivel emocional todas las emociones guardadas, los miedos y negatividades comienzan a surgir para ser limpiados. La ira mostrará su cara y luego desaparecerá. Estos cambios en los cuatro cuerpos pueden ocurrir muy rápidamente. Hay que tener en cuenta que la clave de la trasformación está en el contacto y conexión que logremos con nuestro cuerpo Crístico. El cuerpo Crístico es la cumbre de la pirámide de nuestros cuerpos y tiene que integrarse, anclarse y activarse antes de que la nueva creación se complete.
· Están ocurriendo también cambios a nuestros sentidos, especialmente los de la vista y el oído. Cuando los cambios en el oído comienzan puedes sentirte a veces mareado y el equilibrio puede afectarse. También es posible escuchar un pitido característico y algo molesto.
La vista también se altera, a veces súbitamente puede haber visión borrosa. Esto causa momentáneamente movimientos torpes. Todo esto es incómodo, pero recuerda que mucho se está ampliando dentro de ti. El velo de la visión interna estuvo corrido por toda una era, y ahora se está abriendo para ti. Estamos en transición, caminando entre mundos, simultáneamente cambiando nuestra conciencia, nuestros cuerpos y nuestra realidad. Date tiempo para la práctica de la meditación practicada regularmente. Esto te pone en contacto contigo mismo y ayuda enormemente en el proceso.
· Nuestro cerebro está pasando por cambios inmensos.
Muchas de sus funciones se perdieron cuando ocurrió la caída, y el cuerpo humano se condensó en una frecuencia más baja. Ahora la glándula pineal está siendo activada y está creciendo, al igual que la glándula pituitaria. Y ambas están siendo conectadas a nivel etérico para inducir a estados de conciencia más elevados. La glándula pineal está recobrando su alineamiento con nuestra naturaleza divina. Debido a este proceso puede además haber dolor en el centro de la cabeza. Los espacios Inter.-celulares también perciben dolor cuando son alcanzados por las nuevas frecuencias de Luz. Está gestándose la bio-reestructuración de los circuitos que prestan capacidad al cerebro. Los mensajes de Luz y Amor no son solo pensamientos, son impulsos elevados que están re-ordenando los sistemas vivientes de Luz del cerebro. La imagen de Dios está siendo re-definida en nosotros. Y todo cambia con este nuevo orden. El cerebro necesita pasar por varios niveles de aceleración para poder llegar a aceptar el conocimiento evolucionario y comprenderlo. El computador del cerebro tiene que ser re-estructurado y reconfigurado para adquirir la posibilidad de comandar nuevas formas de trasmisión y creación.

Los dolores intensos
La materia en nosotros está siendo electrificada con el fuego del espíritu y estamos siendo transformados en una forma física nueva portadora de energías más refinadas. Pero el dolor que acompaña este proceso puede ser intenso para algunos de nosotros. Los maestros dicen que este es un precio muy pequeño para pagar por un regalo trascendental y divino. Sin embargo muchos no se sienten listo para soportar la amplitud del dolor que pueden llegar a experimentar. Necesitamos sentir la intensidad del dolor para desarrollar compasión incluso por nosotros mismos, para no repetir mas esta danza de densidad nuevamente. Por eso el cambio incluye irremediablemente algo de dolor. Hay puntos de dolor específicos en el cuerpo, que corresponden a los puntos de coordinación para asimilación de la energía. Si sientes dolor piensa esto:
Yo soy convirtiéndome en un corazón de cristal
Yo soy un cerebro de cristal
Yo soy un trasmisor de los ángeles
¡Entrégate en manos de Dios y recibe con gratitud aquel regalo que pediste!
La humanidad está pasando por una emergencia fisiológica, y cada uno de nosotros va a sentir el cambio célula por célula, porque cada célula es un holograma reflejando a todo el cuerpo. Estamos en el proceso de limpiar y borrar el contenido de nuestros archivos, esto es: información genética, patrones kármicos, creencias ancestrales, patrones de pensamiento y limitaciones del pasado. Pero, nuestras células y nuestro ADN también contienen la información de la paloma de la paz. Cuando dejemos ir la codificación anterior nuestra fisiología cambiará. Si cada célula cambia, nosotros cambiamos. En la medida en que esto ocurre nuestro cuerpo se va tornando transparente y luminoso. Puede ocurrir que haya una guerra, confusión o lucha entre células o partes de nosotros mismos antes de llegar a la aceptación de lo nuevo. Por ejemplo, probablemente debemos comer menos porque tendremos cada vez menos necesidad de alimentos, y eso no es fácil de aceptar. Si te encuentras en medio de esa lucha entre lo que crees y lo que sabes, llama en tu ayuda a la presencia Yo Soy. En seguida pide ayuda al Deva de tu ADN y el de tus células. Trabaja con tu mente subconsciente, Piensa que cada una de tus células tiene un ángel que te ama. Todo esto es trabajo de integración, integración de la Diosa a niveles celulares.
Es decir el cielo integrándose a la Tierra. ¡Clama por la vibración de la verdad en cada célula y míralas como se transforman!. Háblales con respeto, porque son inteligentes, así trabajarán a tu favor. Cuando una sola célula cambia, esta transmite impulsos de información, que son geometrías infinitesimales, encargadas de cargar con vitalidad a tus otras células o de transmitirla a otras personas. La cooperación es el secreto para integrar la Diosa. Debes estar a cargo de tu propia transformación. Mantener un balance de tus cuatro cuerpos en este momento es nuestra tarea más importante. Hay que observar qué tipo de energía ponemos en nuestros pensamientos y sentimientos, en nuestras palabras y acciones. Qué tipo de energías ponemos en lo que cocinamos y comemos. No vamos a lograr dar el salto cuántico de una transformación cargando el equipaje de nuestros viejos valores. Descarta el miedo y cuenta con que el cambio será la única realidad que no puede ser evitada. ¡Dale entonces la bienvenida! Todo lo que necesitamos hacer es estar abiertos para recibir, y listos para dar cuando así se nos pida.

No juzgar a otros
Hay un mito que tiene gran fuerza dentro del movimiento de "Nueva Era". Dice que "Cada uno crea su propia realidad". Si sientes dolor, tú mismo lo creaste, o estás resistiendo algo o aferrándote a algún apego. Estas teorías seguro tienen aplicación en otras circunstancias. Pero lo que acá ocurre es algo completamente diferente. Nadie conoce de antemano las experiencias que estamos viviendo, así que lo mejor es no asumir nada, porque puede no ser cierto. Algunos de nosotros tenemos cuerpos muy sensibles, y son así con algún propósito. Otros están abriendo caminos evolutivos para un grupo completo o varios grupos. Otros tienen que vivir el proceso de ascensión concientemente, con todos sus detalles, para luego poder ayudar y enseñar a los grupos que vienen atrás, o para escribir el Libro del Conocimiento del Planeta Ascendente. Podemos servir la Luz en una mejor forma cuando aprendemos a no juzgar, a no explicar las cosas con criterios caducos del pasado, aplicándolos a lo que está ocurriendo ahora, que es totalmente nuevo. Seamos humildes.
Wistancia Stone y sus revelaciones
Wistancia Stone es un canal telepático de maestros y arcángeles. Es maestra espiritual y autora especializada en el tema de la Ascensión, y la activación dimensional. Toda la información aquí contenida fue sintetizada de su relato de cómo "Seres divinos de luz me hicieron estas revelaciones. Me mostraron rayos X de la cabeza en todos sus ángulos. Vi todos los nadis, como comienzan a encenderse y como los circuitos están siendo afinados en una forma nueva. Pude percibir la reestructuración biológica dentro de la cabeza, con una nueva disposición de sus habitaciones y corredores. Me mostraron con rayos X las líneas principales de Luz, como algunas estaban encendidas y otras no. Vi como existían espacios vacíos que la Luz comenzaba a llenar. Eran los nuevos circuitos bio-energéticos que estaban siendo instalados, destinados a expandir la capacidad cerebral de la nueva humanidad".

PARTE III

PARTE III

LOS LAZOS KÁRMICOS


Melbis dice que a lo largo de nuestra vida soñamos con encontrar la pareja perfecta, nuestra alma gemela, aquella que, como oasis en medio del desierto, nos da de beber esperanza, fuerza y amor incondicional. Aun los que disfrutan teniendo múltiples relaciones añoran la tan mencionada "media naranja". Están seguros que si encontraran a esa persona especial serian capaces de comprometerse hasta el fin de los tiempos.


Esa manera de pensar está condicionada por las enseñanzas erróneas que se han dado a lo largo de la historia, desde la época en que Platón escribió "El Banquete". Como se dijo en la segunda parte de esta nota, allí Aristófanes habla de tres sexos: masculino, femenino y andrógino. Este último sexo estaba compuesto por seres dobles, antecesores de los hombres actuales que, como eran fuertes e inteligentes, lograban que los dioses se sintieran amenazados. Entonces Zeus montó en cólera y decidió dividirlos. A partir de ese momento, las mitades separadas andan en búsqueda de su mitad complementaria.


Por eso Melbis afirma que las almas gemelas son un único espíritu, basada en el concepto equivocado que en el principio de los tiempos los espíritus eran andróginos, tenían al mismo tiempo la esencia femenina y la masculina, pero su evolución era muy lenta, ya que al sentirse completos no sentían la sed de búsqueda, y sin búsqueda no hay encuentro. Sabemos que esto no es así.


Sí estoy de acuerdo que cada quien tiene su misión y , la mayoría de las veces la cumple en su vida cotidiana con las personas que tiene cerca.


Comparto con Melbis lo que dice respecto a los vínculos kármicos: "No importa quien tenga razón, lo importante es que los sentimientos negativos sean transmutados y purificados. Debemos aceptar, con humildad, que una relación que ha comportado sufrimiento, también ha significado un aprendizaje y nos ha ayudado a evolucionar y que toda persona que irrumpe en nuestra vida acaba siendo un instrumento para crecer".


Pero Melbis afirma erróneamente: "Hay una mejor manera de aprender nuestras lecciones y evolucionar: concientizarnos del problema que trae aparejada la deuda kármica. Si tú sabes que tipo de deuda te une a esa persona será más fácil hacer los cambios necesarios para cambiar la energía negativa a una vibración positiva, más ligera y por lo tanto más elevada". El error del concepto es creer que las deudas kármicas son con la otra persona cuando, en realidad, las lecciones kármicas son con nosotros mismos. O sea, si en una vida anterior cometí una acción negativa y perjudiqué a otra persona, en esta vida voy a arrastrar un karma... ¡pero será una lección de vida a aprender de mi parte, pues los karmas son individuales! Aprenderé esa lección kármica con una actitud positiva, y no necesariamente con esa persona, en el caso que haya encarnado nuevamente y esté cerca mío. Así como las religiones tradicionales nos han creado complejos de culpa, separando cuerpo y espíritu, e inculcándonos que el primero era fuente de impureza y era un lastre para el segundo, de la misma manera nos han hecho creer que los hijos pagaban la culpa de los padres. Eso es otra forma de fomentar los lazos kármicos que, en realidad, no existen. Ningún espíritu encarnado se hace cargo de la lección kármica de otro, aunque en la vida sea un familiar directo. Cada uno es responsable de sus propios actos. Los lazos kármicos son una invención para hacer crecer el Ego y sumir en una dependencia nefasta a la persona. Profundizando más en el tema, el espíritu tampoco se hace cargo de la culpa de haber hecho mal a otro espíritu encarnado en una vida anterior... ¡porque ya generó su lección kármica que revertirá o no! ¡No le debe nada al otro... se debe a sí mismo! Por lo tanto no hay deudas kármicas... ni lazos kármicos. No hay lazos que cortar, porque no hay lazos que atan. Lo único que ata, que crea dependencia a través de las distintas vidas y en la vida actual es el Ego. Recuerden que cuando el espíritu encarna, lo que hace es interpretar un personaje... que desaparece al desencarnar. ¿Nos atamos a un personaje?


Agrego un apunte que escribí en la nota "La Mediumnidad", que refuerza lo que digo:


"Cada ser humano cumple en el plano físico un determinado rol (hombre, mujer, padre, madre, hijo, dentista, pintor, agrónomo, maestra, etc.) y la muerte no es más que la caída del telón que pone fin al personaje pero no al actor que le dió vida. El error del Espiritismo ha sido poner énfasis en la supervivencia del rol, ¡que es precisamente el que desaparece definitivamente! Nadie puede comunicarse con un ser querido (un padre, por ejemplo), de la misma forma que nadie puede comunicarse con el personaje de un film (¿quién sería tan iluso como para querer entrevistarse con James Bond, el personaje de ficción creado por Ian Fleming e interpretado por primera vez en el cine por Sean Connery?). La única muerte que existe, por lo tanto, es la del rol. Muere el personaje, pero no el actor-espíritu que le dió vida.


Quiero aclarar muchas dudas que siembran algunas escuelas espirituales al decir que muchas parejas se relacionaron karmáticamente en vidas anteriores y, en la encarnación actual, pueden tener algunos conflictos. La solución que dan esos centros esotéricos es tratar de cortar los supuestos lazos kármicos que atan a las parejas hasta que ambos (o uno de ellos) paguen dicha deuda kármica. ¿Donde está la falla en dicha teoría? En que esas escuelas se olvidan (o desconocen) que solo encarnan los "personajes" y, al desencarnar los mismos, sus roles dejan de ser para dar paso al "actor" que los interpretó. Y si los que se involucraron fueron meros personajes, el espíritu (actor) no se genera ninguna deuda kármica y no hay lazos reales que cortar, pues el amor personal en esa vida termina al completarse el ciclo de esa encarnación".


En otra parte, Melbis agrega: "La fusión con el alma gemela solo se podrá dar si estamos equilibrados y en sintonía uno con el otro. A esta fusión se le llama "el vinculo cósmico". Al estar en el mismo nivel de evolución comparten objetivos y al estar juntos, el gran amor que despiden se abre a toda la humanidad. Cuando amamos deseamos integrarnos en el otro, pero también expandirnos a través de él y el hecho de encontrar las mismas vibraciones en el otro nos facilita la expansión". La idea es incompleta, pues la verdadera fusión o vínculo cósmico solo la logra el espíritu al Elevarse y fundirse con el Absoluto. Otra idea equivocada es pensar que "cuando no hay armonía entre las almas gemelas (ya que evolucionan separadas y a veces lo hacen a diferente ritmo) deben seguir caminos separados, distintos. Cuando una de las almas cobra conciencia, debe esperar a la otra para ayudarla en su evolución". Esto no es así, pues la ayuda está implícita en el Servicio que todo espíritu en Evolución brinda a su prójimo, pues la otra idea sería pensar que solo se ayuda a ese alma afín y eso suena a discriminación. El concepto erróneo también afirma que "el alma gemela no reconoce a su compañera porque esta involucrada en otras relaciones que le son necesarias para su evolución". Debemos saber que "un espíritu abierto" puede estar involucrado en cualquier ejercicio de Crecimiento e igualmente estar pendiente de los otros espíritus menos avanzados. Si no les tiende la mano no es por estar ocupados, sino por el descuido inconsciente que le produce su propio ego.


Comparto el punto siguiente donde Melbis dice: "Creo que es muy importante que dejemos bien claro el papel del sexo en las relaciones íntimas. El sexo es un intercambio de energía muy poderoso entre dos cuerpos. Muchos yoguis han aprendido a sublimar su propia energía para una elevación espiritual. El kama-sutra trata precisamente el manejo de esa energía entre dos personas y no tan solo de las distintas posiciones para la unión como se ha venido manejando en Occidente. En una relación sexual la energía de uno impregna al otro". Agrego que también el varón puede absorber a la mujer energéticamente si su búsqueda es solo física y no espiritual, pues tiene que ser una fusión de cuerpo y espíritu para que la energía tántrica circule en forma fluída.


Por último, Melbis habla del perdón mutuo y mi punto de vista es que para perdonar debimos culpar primero desde el Ego. Si no prejuzgo, no tengo nada que perdonar.


Ampliando el tema, el perdón es un acto de soberbia, proveniente del Ego, por el cual el individuo que considera haber sido ofendido, en un gesto ostentosamente magnánimo, absuelve al supuesto ofensor. El perdón implica ofensa, es decir que para que alguien pueda perdonar, primero tiene que haber sido ofendido, pero como nadie tiene el poder para ofender a nadie a menos que uno le haya dado ese poder, resulta que, paradójicamente, el perdón nunca debería recaer sobre la persona que supuestamente nos ofende sino, en todo caso, sobre uno mismo, por haberle dado tan neciamente cabida a la ofensa. Cada uno crea sus propios estados de ánimo, o, expresado de otra manera, "los hombres no se perturban por causa de las cosas, sino por la interpretación que de ellas hacen" (Epícteto). El ofensor, por lo tanto, siempre es uno mismo: te ofenden porque te ofendes. De ahí que cuando alguien perdona una ofensa, lo único que está haciendo, en realidad, es desligarse de la responsabilidad que le cabe por ser su propio ofensor para trasladarla a otro.


Volviendo a los lazos kármicos, Ruben Cedeño dice: "En el caso que quieras separarte de tu pareja en el plano físico, hazlo sin odio y con amor hacia esa alma con la que has convivido, para que no crees lazos kármicos que después te obliguen a volver a unirte a esa persona para disolverlos". Mi respuesta ya está implícita en renglones anteriores: El karma no te obliga a retribuir nada a ese alma... ¡ni siquiera te obliga a retribuirte a tí mismo! Si eliges no revertir tu lección kármica, será tu problema... serás tú el que no evoluciones. El Absoluto nos dió los dos tesoros más preciados que tenemos: Su Amor y el libre albedrío... y ni siquiera podemos cortar ese libre albedrío en beneficio de la persona, pues nos generaríamos un karma nosotros. Por eso, tanto el Bien como el Amor se proponen... nunca se imponen.


Hay autores que proponen terapias para cortar los lazos kármicos que atan emotivamente... ignoran (o le hacen ignorar a sus lectores) que el único lazo que ata es el Ego.